Misael Velarde: Jefe de Máquina del cine venezolano

El Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, CNAC, en su Programa Descubriendo Nuestros Protagonistas del Cine Nacional, recibió al Jefe de Máquina, Misael Velarde, quien compartió sus 32 años de experiencias en el cine venezolano.

Misael Velarde

Cada vez que a Misael Velarde le tocaba la responsabilidad de hacer pizarra en la película «Carpión Milagrero» (1985), su primer trabajo en el cine, los nervios lo traicionaban: se le trababa la lengua, sufría de taquicardia; la pizarra tenía que llevar la información exacta para no confundir al montador. A Misael le quitaron esa responsabilidad, pero de vez en cuando, en momentos en que el equipo de trabajo estaba estresado, lo llamaban para darle la pizarra y reírse un poco con sus nervios, su tartamudez. «Yo hacía mi pizarra para que ellos se rieran y pasaran el estrés, lo agarraron como una burla y así me los fui ganando a todos».

Misael Velarde había entrado al mundo del cine por casualidad. En un pueblo en Chichiriviche, en el estado Falcón, de donde Misael es oriundo, proyectaba películas a los turistas en formato Super 8, pero solo tenía dos, «Doce del patíbulo» (1967) de Robert Aldrich y otra del Pato Donald. Sus familiares lo animaron a viajar a Caracas para buscar más películas y con un contacto en Radio Caracas Televisión empieza a trabajar en el canal de televisión al lado del comediante Toco Gómez.

Fue a través de su contacto con la televisión que Misael Velarde entra el cine y logra conocer a los grandes realizadores, a los jefes de máquina de esa época, como Alirio Rojas, Raúl López, Augusto Castellano y Jesús Rafael Nieves.

Su inquietud por armar y desarmar todo tipo de máquinas llevó su interés directamente a la cámara «yo fui asistente de máquina por mucho tiempo porque quise ser el mejor asistente de máquina, mi meta fue esa, y por eso tengo muchas películas».

Entre sus muchas películas haciendo máquina se cuentan «La gata borracha», «Cangrejo II» y «Ratón de ferretería» de Román Chalbaud, «Profundo» de Antonio Llerandi, «Desnudo con naranjas» y «Jérico» de Luis Alberto Lamata, «Santera» de Solveig Hoogesteijn, «Señora bolero» de Marilda Vera.

Con más de 30 largometrajes que componen su filmografía, Misael Velarde confiesa que el maquinista no es la persona que solo monta un dolly, «el maquinista es parte del cámara, y del foquista, y del director de fotografía y del director de la película».

En su oficio como jefe de máquina, Misael apunta sus deberes: además de ser el responsable de la cámara, marca el lugar donde tiene que llegar el actor, ofrece seguridad a todos en el rodaje, y en especial, un maquinista tiene que saber fabricar, también, saber nadar.

Misael Velarde

Amor por el cine

«Si te gusta el cine, si lo llevas por dentro, pasas por un basurero y ves si hay algo que sirva. Yo me la paso recogiendo tornillos, recogiendo cositas porque eso sirve». La casa de Misael Velarde es la que siempre sufre las consecuencias de su amor por el cine. Para la película por estrenar del director John Petrizzelli, «Bárbara», diseñó un chaleco para la cámara con la pechera de su perro, la faja de su hija y el cinturón del carro de su hijo. Para los hermanos Andrés y Luis Rodríguez, en «Hijos de la sal», creó un «camión cam» donde montó todo un aparataje de madera para la cámara.

En «Cangrejo II» de Román Chalbaud, trabajó con uno de los dolly más largos que se han hecho en el país, era de 120 metros y debía ser movido por 14 personas. Fue en esta película que con los equipos destrozaron una casa en La Pastora solo para grabar una escena que nunca salió, solo tenían filmado el ensayo «destrozamos los marcos y las paredes y no hicimos la toma. Nos fuimos derrotados. Román (Chalbaud) reveló el ensayo y había quedado… Son cosas que pasan en el cine».

Por todas estas anécdotas Misael se considera un enamorado de las películas, una mística que no encuentra en las nuevas generaciones porque para él la cámara hay que abrazarla, acariciarla, «la máquina hay que sentirla. Todo lo que hagamos en la película hay que sentirlo porque es amor».

La Clase Magistral de Misael Velarde forma parte de la celebración de los 120 años del cine nacional y del Programa Descubriendo Nuestros Protagonistas del Cine Venezolano, organizado por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía.

Misael Velarde

Alizar Dahdah Antar, vicepresidenta del CNAC, manifestó que estas clases magistrales han sido «una experiencia extraordinaria en la que cada quien ha dicho algo y hemos aprendido bastante. Es un tiempo que nos estamos regalando para conocer más a profundidad nuestra cinematografía y a nuestros hacedores de cine invisibilizados; pero que aquí hemos ido develando, conociendo y reconociendo uno a uno sus rostros. Con Misael Velarde, ya hemos descubierto y admirado a siete Protagonistas del Cine Venezolano».

Además de dar a conocer a aquellas personas que han realizado importantes aportes a nuestra cinematografía, las clases magistrales se constituyen como un nuevo espacio de aprendizaje impulsado por el CNAC, desde el Laboratorio del Cine y el Audiovisual «Rodolfo Santana», siendo que esta instancia es el brazo ejecutor de la formación cinematográfica que desarrolla la institución. Es por ello que se pone a disposición del público interesado la experiencia, experticia y conocimientos ganados por nuestros Protagonistas con toda una vida de trabajo al servicio del cine venezolano.

Pensando en la democratización y el libre acceso al conocimiento, se ha levantado una plataforma tecnológica para brindar a los interesados la oportunidad de conocer más de cerca a cada uno de los Protagonistas del Cine Venezolano, esto por medio del canal oficial del CNAC en YouTube, donde todos los jueves a partir de las 9:30 am se puede acceder y aprovechar en vivo de las clases magistrales, pudiendo interactuar con nuestros protagonistas, bien sea por YouTube o a través de las cuentas oficiales del CNAC en las redes sociales Twitter e Instagram.

Misael Velarde

Texto y fotografía: Mawarí Basanta