El FICA brasileño tiene acento femenino criollo
Tres películas venezolanas compiten en la selección oficial del Festival Internacional de Cine y Video Ambiental 2015, en Goiás, Brasil: ‘El río que nos atraviesa’, ‘Galus galus’ y ‘No jile’.
El largometraje documental “El río que nos atraviesa” y los cortometrajes animados “Galus galus” y “No jile” compiten por Venezuela en la selección oficial del Festival Internacional de Cine y Vídeo Ambiental (FICA) 2015, que se celebra en Goiás, Brasil.
Las tres obras criollas, financiadas por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), fueron escogidas entre un listado de 327 filmes que optaron por entrar en el evento audiovisual, que se realiza del 11 al 16 de agosto, proyectando películas con historias que llaman a la reflexión sobre la conservación del medio ambiente y denuncian, desde distintas miradas y aristas ecológicas, la destrucción de la naturaleza.
La directora Manuela Blanco refleja en ‘El río que nos atraviesa’ la contaminación que ha sufrido el Río Orinoco ocasionada por la industria petrolera. Enciende las alarmas con respecto al futuro de la sociedad a corto plazo, que se verá afectada por el mal estado de esta fuente natural de vida y pilar de la economía venezolana.
“Estoy muy contenta por participar en el FICA, pues es un festival ideal para mi filme. La importancia de este tipo de denuncias es que los venezolanos se identifiquen con nuestros pueblos originarios, el agua como algo vital para sobrevivir en nuestro único planeta. La contaminación en el Orinoco es un tema muy complejo, además de que somos un país petrolero, también en muchos afluentes hay actividades mineras. Debemos tomar medidas inmediatas, como generar campañas de concienciación sobre la importancia del Orinoco y del agua en nuestra historia”, soltó Blanco.
Agregó que tiene un vínculo mágico con esta importante cuenca que se aflige sigilosamente por males tóxicos, y al enterarse que las reservas petroleras más grandes del mundo estaban sobre él, decidió que no podía quedarse callada y se propuso llevarlo a la gran pantalla.
“Era indispensable para mí registrar parte de los cambios que se están dando en la región. Esto como país nos da un poder geopolítico, porque producimos mucho petróleo, pero ese río maravilloso e imponente está cambiando. Fue un trabajo arduo y largo que volvería a hacer sin dudarlo ni un segundo, para que otras personas lo amen tanto como sus pueblos y como yo”.
“No jile” plasma en su trama los efectos del cambio climático en el tiempo y las consecuencias que acarrea sobre los humanos. ‘Matías’, un anciano que habita en Los Llanos venezolanos, debe luchar por el agua para sobrevivir, viéndose obligado a abandonar su tierra y convertirse en refugiado. Muestra el daño en el aumento de la temperatura, la sequía, la pérdida de los cultivos y las migraciones.
“Pude leer un artículo en donde se mencionaba que hay mas desplazados por clima que desplazados por guerra. Esta afirmación y las cifras que daban, me alarmó tanto que me motivó a desarrollar una historia que hablara sobre ello. En mi formación académica como biólogo este tema siempre estuvo presente y ahora como cineasta tengo la oportunidad de entrelazar mis dos vocaciones en la búsqueda de un bien que trascienda mas allá de lo económico y de mis propios ámbitos de acción”, puntualizó Carolina Dávila, directora del corto.
Para realizarlo combinó técnicas de animación 2D y 3D, con una estética visual inspirada en tres períodos del artista visual venezolano Armando Reverón: azul, sepia y blanco. Se enfocó en el acceso al agua, un elemento indispensable para la vida que cada día está más escaso en el mundo.
Clarissa Duque tomó de una experiencia real el concepto de ‘Galus galus’, que cuenta el diario de un indigente que se pasea por la caótica Caracas en busca de la felicidad. Entre escenarios contaminados, basura y ‘El Guaire’, el hombre adopta un gallo y deja hasta de comer para alimentarlo.
El actor Leónidas Urbina dio vida al locutor, al hombre sin techo y al gallo en la película, aportando su voz. “Galus galus’ es un retrato de la capital, con escenas que reflejan nuestra cotidianidad con música, tráfico, personajes característicos de la calle y un sentido del humor peculiar del que hacemos gala los venezolanos, una historia que fácilmente puede sensibilizar a los espectadores”, expresó.
Así, el talento femenino criollo está presente en el FICA 2015, que recibe a estas tres realizadoras con obras variadas, sumándose al exitoso recorrido internacional de la filmografía venezolana en el exterior en la última década, afirmando una identidad audiovisual única que toma cada vez más forma, dejando huella más allá de nuestras fronteras.
Texto: Ernest Stuyvesant