Fallece el poeta y cineasta Edmundo Aray

Escritor de innumerables poemas y defensor ferviente de las luchas sociales

El Centro Nacional
Autónomo de Cinematografía (Cnac) lamenta profundamente la partida física del
poeta, cineasta y artista integral Edmundo Aray, quien fuese además miembro del
Comité Ejecutivo y Director del Sello Editorial del Cnac. Con su obra deja un
legado incuantificable a esta y las futuras generaciones.

Edmundo
José Aray nació el 16 de noviembre de 1936, en Maracay, Edo. Aragua y falleció
la noche de este martes 25 de junio en Mérida. Fue cuentista, poeta,
investigador, director de cine, editor de obras literarias, economista y
ensayista. Fundador y miembro de los legendarios grupos Sardio y El techo de la
ballena,
además, del Comité de
Cineastas de América Latina (1993), Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano
(1985) y de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en
Cuba (1986). También, creó la revista Rocinante.

Obtuvo
los siguientes reconocimientos: como cineasta, con Simón Bolívar, ese soy yo, los premios Mejor Película y Mejor Guion
del Concejo del Municipio Libertador (1994); Premio Nacional de Cinematografía,
CONAC; Premio Nacional de Cine Monseñor Pellín (1991 y 1994); Personaje del Año
en Cine; y la Orden Francisco de Miranda en 2da. Clase (2018).

Vicepresidente
de la Casa de Nuestra América José Martí; y jurado del Premio Casa de las
Américas y otros festivales de cine, tanto a nivel nacional como Internacional.

Aray
quien fuese además un ferviente y leal revolucionario, demostró estar siempre
del lado de la lucha social y el bien colectivo, demostrándolo en sus escritos
donde hasta el mismo Salvador Garmendia describiera su poesía: con plena autenticidad y validez estética,
en un terreno que trasciende del acontecer cotidiano, de las inquietudes y
turbaciones personales a los grandes temas colectivos de la solidaridad humana,
de las luchas revolucionarias, la rebeldía y el furor de los pueblos, la
denuncia y el grito de protesta.

A
su obra y su recuerdo, agradecimientos infinitos.

Prensa
Cnac/Klaudia Flores